Venezuela.- El auge del contrabando ha golpeado al fisco, del que el tabaco es uno de los principales contribuyentes, según Miguel Benzo, director legal de Bigott, quien señala que los cigarrillos que vende su firma tienen una carga en impuestos de 73%.
«De una cajetilla de 20 cigarros, 15 cigarrillos se van nada más en impuestos. Quedan cinco cigarrillos para cubrir costos, ganancias, salarios y beneficios de nuestros trabajadores», explicó a la AFP.
De acuerdo a cifras el consumo de cigarrillos contrabandeados creció alrededor de 300% desde 2019 y abarca 30% del mercado venezolano. La cifra escala a 80% en estados fronterizos como Zulia, limítrofe con Colombia.
El contrabando funciona como ejemplo de una economía informal que es la tónica de la economía en crisis.
Bigott estima que el Estado deja de percibir 130 millones de dólares al año en impuestos por la venta informal de este producto perjudicial para la salud.
Actualmente han identificado unas 130 marcas de contrabando.
Para competir con el contrabando, la tabacalera lanzó al mercado cigarrillos más baratos, pero cerró uno de los tres turnos de operaciones de su planta en Caracas, dejando a 130 personas sin empleo, y su compra de tabaco, todo de origen venezolano, cayó de 6.000 toneladas en 2017 a 2.000 toneladas en la actualidad.
Cabe destacar que en Venezuela se llegó a tener una de las más grandes zonas tabacaleras del continente, naciendo en el año de 1965 de la mano de un centenar de agricultores unidos en la Asociación Venezolana de Cultivadores de Tabaco (AVENCULTA), para la cual su prioridad ha sido tratar de hacer la mejor negociación con el precio del tabaco ante el comprador, para poder beneficiar a los cultivadores y sus familias, permitiéndoles el crecimiento dentro y fuera del campo, así como el aumento de la superficie sembrada de este rubro.
La finca La Pañoleta ha sido una de las mayores cultivadoras de tabaco en el estado Carabobo, con cerca de 100 años en el negocio de la cosecha de este producto.
Actualmente, este lugar tiene una producción menor a 40 mil kilos, bajando en su comercialización y llevando a un alza al desempleo.
«Una situación que mantiene en alerta a los agricultores, pues el desempleo cada día es mayor, para la época de los años 90 existían 5 ministerios en el país y con lo que se producía con el tabaco daba para pagar 2 ministerios, y había mayor contratación de personal pues todo esto requiere un tiempo de 9 meses entre siembra y cosecha, por lo que se necesita un personal numeroso para llevar todo el proceso a cabo y, sin cupos de producción, no podemos cumplir con este objetivo que es ayudar al agricultor”, comentó Rafael Russian Pinto, presidente de la Asociación.
Asimismo, resaltaron la importancia de la producción nacional ya que, como es un producto de gran cuido y trabajo, buscan que sea de lo mejor. Todo lo que utilizan para su producción es sano, sin usar químicos dañinos o nocivos para el consumo, lo que no sucede con los cigarrillos, que llegan por contrabando y su calidad no es confirmada, puesto que no cumplen con las medidas sanitarias y su consumo no es, a veces, autorizado en sus países de procedencia.
“Para yo poner a funcionar los hornos, necesito aproximadamente unos 50 mil litros de gasoil para el proceso de curado del tabaco, fuera de lo que requiere la maquinaria en el campo, y es algo que cuesta conseguir para nosotros, que trabajamos en nuestro país”, dijo Pinto.
Se debe dar un paro al contrabando. Si no se hace nada al respecto, la agroindustria va a desaparecer; nosotros, como cultivadores, vamos a desaparecer y no vamos a poder generar más empleos. Se debe dar un alto a algo que no beneficia al país”, reiteran.
El llamado es a las autoridades correspondientes a que se aboquen al interés nacional y se mantenga la producción de un país que puede y quiere crecer, que se dé oportunidad a los nuevos empresarios que tienen como meta impulsar la economía de Venezuela.